El método de enseñanza se articula sobre la base del trabajo particular del alumno antes de la clase y del desarrollado en el aula, tratándose, pues, de dos facetas indisolublemente unidas del proceso en el que el profesor actúa como director del trabajo del alumno desde una doble perspectiva: planificando las distintas actividades a desarrollar y elaborando los materiales a partir de los cuales el estudiante ha de llevar a cabo su trabajo de forma autónoma, por un lado, y dirigiendo las actividades que se van desarrollando en clase (intervenciones, resolución de casos prácticos...), por otro. En particular, estas dos facetas se desarrollan del siguiente modo: 1) Trabajo personal del alumno. Estudio de los materiales proporcionados por el profesor y realización de las actividades que, en relación con los mismos, el profesor pueda proponer. 2) Trabajo del alumno en clase: las clases "dirigidas". En clase, el/la profesora realizará una presentación sistemática de los principales conceptos estudiados en cada uno de los temas. El alumnado, por su parte, deberá tratará de resolver con su profesor/a las dudas que se les hayan planteado tras el estudio de los materiales (y que no hayan resuelto previamente a través de tutorías) y, asimismo, contestar a las preguntas que le puedan ser formuladas en el aula. Periódicamente se realizarán trabajos relativos a aspectos teóricos y/o prácticos del programa ya estudiados (en clase y/o de forma autónoma por el alumno) para valorar la evolución del alumnado en el conocimiento de la asignatura. |