Uno de los temas más debatidos actualmente en el campo de las ciencias sociales es el concepto de diferencia. Tradicionalmente, la diferencia se ha percibido como problemática; es decir, como desviación de lo que es típico o frecuente, lo cual ha llevado a percibir a las personas que difieren desde la perspectiva del déficit. Esta forma de teorizar sobre la diferencia ignora las variaciones reales y la diversidad bajo el interés de 'normalizar' a todo aquel que, por la razón que sea, se desvía de lo que se considera aceptable justificando así la existencia de políticas y acciones compensatorias creadas para paliar dichos déficit.
La investigación en esta parcela revela que las creencias y percepciones determinan los procesos de pensamiento y llevan a un trato diferencial basado en las diferencias étnicas, culturales, de clase social, de género, orientación sexual, de capacidad y/o discapacidad, etc. Si la sociedad y, más particularmente, la escuela ha de responder de forma satisfactoria a las necesidades e intereses de una población escolar cada vez más diversa, entonces, las bajas expectativas, los estereotipos negativos, los prejuicios, y los malentendidos y las contradicciones sobre las diferencias han de ser conocidos, comprendidos y, en su caso, reconstruidos.
Desde esta línea de investigación se pretende (1) conocer las creencias y percepciones prevalecientes sobre determinados grupos culturales y/o sociales (personas de diferente cultura, clase social, lenguaje, género, orientación sexual, capacidad o talento especial, discapacidad, etc.), tanto desde la perspectiva del profesorado como desde la de los propios alumnos y padres; (2) identificar aquellas variables que pueden guardar relación con puntos de vista y actitudes más o menos etnocéntricos o relativistas de la diferencia; y (3) examinar las implicaciones que la identificación de tales puntos de vista tiene para la educación y la inclusión educativa, personal y social de las personas afectadas.
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